A Vide le dio un ataque de histeria y nada más salir del túnel y volver a estar de nuevo en la sala del sadomasoquismo y se puso a descuartizar el cadáver de Gallowmere, esparció sus intestinos y le cortó su pene y se lo guardó. Entonces le vino la “inspiración divina” de que la bomba de gas que había lanzado podía ser gas somnífero y que Veigue y Sosón siguieran vivos. Se cubrió la boca y la nariz envolviéndoselas con tela de la ropa de Gallowmere por encima de la máscara de cuero y volvió al túnel en dirección a donde había dejado a sus compañeros.
La puerta de la trampilla al cerrarse volvió a resonar por el túnel y llegó hasta Sosón, cuya consciencia empezó a volver poco a poco. Finalmente consiguió levantarse recordando la situación en la que se encontraba. Puso la linterna del suelo en dirección hacia el fondo del túnel para desorientar a quien se acercara y fue a despertar a Veigue. Sin embargo, Veigue había aspirado más gas somnífero que Sosón y no daba muestras de despertarse. Al final vio cómo Vide volvía a aparecer al límite de la zona iluminada. Para dar más tiempo a Veigue a despertarse, agachado y protegido por el escudo, entabló conversación con Vide. Se puso a decirle que ellos no querían matar a nadie, que buscaban aliados para rebelarse contra los piratas. De todas formas a Vide no le interesaba eso, tenía en mente el macabro plan de matar a Sosón y esposarlo a Veigue para que este tuviera que cargar con el cadáver, aunque se había sorprendido al encontrarlo ya despierto y ahora consideraba qué hacer. Sosón asomó su pistola de agua con ácido en su interior, y Vide la vio por primera vez, aunque no supo identificar qué tipo de arma era. Finalmente Veigue se despertó, pero todavía medio atontado y sin pensar bien qué hacer, anunció en voz alta que se iba a poner de pie y después hizo eso mismo.
Con su plan inicial frustrado, Vide cambió de idea, dejaría a Sosón y Veigue para el final. Les tiró el pene de Gallowmere como regalo y les dijo que les esperaba algo mejor en la habitación al final del túnel. Después de eso se alejó en esa dirección. Sosón y Veigue debatieron si dar media vuelta, pero finalmente decidieron seguir hacia adelante.
Xila pasó por detrás de la iglesia en su camino hacia el edificio desconocido del mapa. En ese momento un dron pasó por encima, y tras mirarlo confuso un momento, saludo a la cámara y siguió su camino.
Tras comprobar con su dron que la única amenaza se alejaba, Arwen se acercó a la iglesia, pero se encontró la puerta principal cerrada. Tenía marcas de disparos, pero eran antiguos. La rodeó hasta entrar por el patio trasero, pero antes inspeccionó el cementerio. Allí encontró una tumba abierta con un ataúd vacío en su interior. Aunque le daba repelús, se decidió a meterse en él cuando vio algo brillar en su interior. De allí sacó una moneda antigua de plata. Sin darle mayor importancia, salió de la tumba y entró en la iglesia por la puerta trasera. Allí encontró la parte que había servido de vivienda al párroco de ese templo cristiano, pero para su sorpresa se encontró que alguien ya había rebuscado por ahí, y no había sido en los últimos años porque todo estaba lleno de polvo y telarañas. Sin embargo, no había sido para robar, pues los objetos valiosos de la iglesia seguían intactos. Extrañada, buscó cosas que le fueran útiles para llevarse.
En ese momento se acercaba hasta allí Gotenks. Después de esperar un poco en la granja, había decidido seguir el mismo camino que Arwen hasta la iglesia, parándose a comer un momento en el bosque. Ahora, tras utilizar sus gafas de visión nocturna para comprobar la posición de Arwen, decidió sacar el hilo metálico secreto de su reloj para agarrarla por sorpresa y ahogarla. Pero, aunque Arwen estaba de espaldas, se dio cuenta de su presencia al ver su silueta entre la luz que entraba por la puerta a la habitación. Aún así Gotenks fue rápido y consiguió acercase a ella y pasar el cordel alrededor de su cuello cortándole la respiración. Sin embargo, ella tenía en la mano lo que quedaba de horca tras partirla y le clavó sus pinchos en la cara.
Ante esta horrible herida Gotenks aflojó un poco, pero en seguida sacó fuerzas y derribó a Arwen golpeándola contra el suelo. Mientras intentaba quitarle la mochila para que no sacara ningún arma más, Arwen decidió usar de nuevo la que tenía clavada Gonteks. Así, Arwen golpeó con fuerza la horca y los pinchos se hundieron aún más hasta llegar al interior del cráneo de Gotenks y este cayó muerto. Arwen, tratando de respirar con normalidad, en vez de sentirse mal se sintió eufórica por haber matado a alguien.
Xila se internó en el bosque y allí se encontró cara a cara con Vide. Este se apresuró a esconderse, y le amenazó con el rifle, pero Xila sacó sus espadas (dos falsas y una de verdad) y se dirigió hacia él sin temor. Ante esto Vide salió corriendo y finalmente decidió subirse en un árbol. Xila estuvo a punto de alcanzarle mientras lo hacía pero Vide le gritó “¡Espera, no me ataques, tengo algo interesante para darte!”, a lo que Xila respondió “vale”, y se quedó mirando cómo subía. Una vez en lo alto del árbol Vide se puso a comer su ración y le tiró la de Gallowmere a Xila, que también se puso a comer, e incluso sacó una botella de vino e invitó a Vide a que bajara para compartirlo, aunque declinó la oferta.
Al terminar Vide le enseñó la llave misteriosa que había encontrado y le dijo a Xila que Veigue y Sosón estaban en un túnel secreto debajo del misterioso punto 13 del mapa, que si iba a molestarlos le daría la llave. Picado por la curiosidad Xila exigió que le diera la llave inmediatamente. Entonces Vide cogió un rama y con una de sus cerillas le prendió fuego y la dejó caer a la hierba. Después hizo como que tiraba la llave a lo lejos, aunque en realidad tiró una ramita de tamaño similar. Xila picó en el engaño y corrió a por ella. Después, decepcionado, volvió al lugar, pero Vide ya corría en la distancia y un fuego se iniciaba en la base del árbol.
Xila decidió no molestarse en perseguirle y en su lugar continuar el camino hacia el punto 13.
Gohan llegó al taller y entró por la puerta oeste. Mientras empezaba a explorarlo vio a través de la puerta este a Kairoseki en la distancia. Este, sin detenerse a explorar la mina porque le daba mala espina, había decidido ir al faro. Iba distraído comiendo mientras caminaba. Gohan volvió a salir por la otra puerta y rodeo el taller para quedarse asomado a la esquina a que pasara y dispararle por la espalda con el último tiro de la escopeta de Blue Moon. Hizo tal y como había planeado, pero cuando estaba a tres metros de distancia, el sonido alertó a Kairoseki que sacó la pistola de balines de Woody (sin haber comprobado que estaba vacía) y se giró, pero era demasiado tarde y recibió el disparo de Gohan. No obstante, ese giro le salvó la vida, pues lo que hizo el disparo fue atravesarle el brazo y rozarle el costado.
Gohan se abalanzó sobre él para rematarle, pero Kairoseki decidió no oponer resistencia y en su lugar dijo: “Ayúdame a curarme y dominemos el mundo juntos. Aunque ahora soy un tuerto y un manco no es por presumir, pero maté a un jabalí, puedo ser de ayuda”.
Gohan, que ya le había propuesto anteriormente la alianza, decidió apiadarse de él y juntos volvieron al taller y con el instrumental médico que Kairoseki le había quitado a Woody, Gohan le curó las heridas lo mejor que pudo mientras aseguraba que estaba todo controlado, que su padre era médico.
Al poco de salir del bosque, cuando se acercaba hacia la iglesia, un cerdo empezó a perseguir a Vide. Era el cerdo al que había pateado anteriormente Gallowmere. Vide corrió hacia la puerta de la iglesia sólo para encontrarse que estaba cerrada. No tuvo más remedio que encararse al cerdo. Consiguió esquivarlo y clavarle la hoja rota de la espada cual torero. Sorprendido por el dolor en su lomo el cerdo decidió huir.
Desde lo alto del campanario donde había subido con intención de manejar su dron, Arwen había visto la escena y decidió bajar para tenderle una emboscada a Vide. Este rodeó la iglesia y al entrar por la puerta trasera descubrió el cadáver de Gotenks. Sin saber si su asesino seguiría cerca, subió al dormitorio y después salió a la pasarela que llevaba a la escalera del campanario, pero Arwen le esperaba ahí, pegada a la pared, y en cuanto cruzó la puerta le atacó con su horca. Vide, sorprendido, intentó detener el arma con pinchos y lo consiguió a costa de que le atravesara una mano. Acabó pegado a la baranda que daba al piso inferior de la iglesia, y Arwen siguió empujando, pensando que si no conseguía clavarle la horca quizás conseguiría tirarle. Pero Vide pensó justo lo mismo y, tras decir “juntos hasta la muerte”, agarró a Arwen y él también empujó hacia atrás, haciendo que la baranda cediera y los dos cayeran al vacío.