Umtiti escribió: Jue Nov 26, 2020 8:08 pm
A lo que iba con esto es, ¿por qué iban a sellar a un villano en las bolas de dragón?
Quiero decir, no porque sean unas bolas, si no porque son unas bolas que se usan para pedir deseos. ¿Qué finalidad tiene encerrar a un villano ahí? Como has dicho, en las bolas vive el dragón, que es una creación artificial hecha para crear deseos. ¿Por qué alguien iba a encerrar a nadie que deba de estar encerrado allí, cuando es un objeto destinado a su uso (uno bueno, se supone)? Lo normal sería sellarlo en un objeto que no se vaya a usar jamás y que cuanto mejor escondido, mejor. Como la olla en el fondo del mar donde estaba Piccolo, por ejemplo.
Si es una forma de vida artificial, ¿con qué finalidad se creó? Un dragón que salió rana es algo que puedo comprar, pero se me hace raro que su creador no le pusiera fin sin más (asumiendo que era bueno).
A todo esto es a lo que me refiero con que me parece bizarro. Igual tu idea más desarrollada queda mejor, pero la interpretación que hago es esa. Igual me estoy columpiando.
Vamos a ello. A ver si me acuerdo de cómo era todo el morrón del fanfic, que se escribió hace como cinco años.
En épocas antediluvianas, mucho antes de Bu y de todo, había un tío, Ryugan. Ryugan es un tipo fuerte y un mago muy poderoso, con la capacidad de alterar la realidad, crear vida de la nada con su magia y básicamente, hacer lo que le salga de la brenca.
El tío es en principio bondadoso, va de mundo en mundo reverdeciéndolos, solucionando problemas, reviviendo peña etc. Pero acaba alienado y megalómano perdido, porque allí donde va es adorado como un dios. Al final se convierte en alguien voluble, caprichoso y usando su fuerza y su magia para destruir.
Los Shin acaban tomando parte cuando la cosa se sale de madre y lo encierran en un cristal. ¿Por qué en un cristal? Porque sí, por lo mismo que a Piccolo lo sellan en una olla o al Kaio Shin en una espada muy pesada, o a Bu en un cojón venoso. No creo que haga falta explicar esto. Simplemente no pueden matarlo y lo encierran ahí, llevándose el cristal al mundo de los Kaio Shin.
Tiempo después, tenemos a un namekiano muy bueno, muy fuerte, con mucho poder mágico y muy Gary Stu en el Mundo de los Kaio Shin, aprendiendo de los dioses. En aquella época los namekianos salían al espacio, tenían contacto con otras civilizaciones y eran los reyes del mambo, llegando a estar en buenos términos con los Kaio Shin, los cuales los permitían incluso acceder a su mundo, aprender de ellos etc.
Este tipo encuentra el cristal y Ryugan empieza a comunicarse con él, susurrándole mierdas mentalmente y empezando a hablarle de las maravillas que los Kaio Shin no quieren compartir con el resto de mortales, de la gente que se muere en otros mundos y que si le libera con un hechizo (el código de activación de las bolas de dragón que usarán después nuestros protas) él hará posible todo eso. El namekiano al principio recela, como es lógico, pero al final acaba charlando a menudo con él, siempre a espaldas de los Kaio Shin.
Al final, aprende cosas de él. Ryugan le enseña parte de sus técnicas mágicas, que el namekiano aprende pero a una escala menor. Está a punto de liberarlo creyendo que podría convertir el universo en un paraíso, pero al final los Kaio Shin lo descubren y le disuaden de hacerlo.
Esto provoca, primero que los Shin se den cuenta de que ese cristal es un peligro, porque con el tiempo, las futuras generaciones de Kaio Shin podrían verse tentadas de la misma manera, por lo que rompen el cristal y lo dividen en siete esferas (¿por qué esferas? ¿qué más da?) dispersándolas por los confines del universo con idea de que nadie nunca pueda reunirlas, por lo que Ryugan no podría volver a la vida.
Después, los Shin debaten qué hacer con el namekiano, pues ha adquirido parte del poder de Ryugan. Al final, este los convence para usar dicho poder con cabeza y no de forma descontrolada. Al final, el namekiano pare un hijo, (Polunga, que es similar a Tambourine, Cymbal etc. y por eso tiene ese aspecto) que es en parte hijo y en parte una división, como Kami y Piccolo, dividiendo así su poder mágico. La magia de alteración de la realidad iría a Polunga, al que sella en otro juego de bolas de dragón y se las cede a su pueblo, mientras que él se consolida como el primer Kamisama de Namek y de entre sus descendientes nacerían, muy de vez en cuando, algunos con su mismo poder, los precursores del Clan Dragón.
Los Shin aceptan estos términos como gesto de buena voluntad y confianza al namekiano, siempre y cuando no usen esas bolas indiscriminadamente (de ahí la limitación de tres deseos por año)
Total, que las bolas de dragón originales, las que contienen a Ryugan, están por ahí desaparecidas. Los namekianos no las conocen, y los Shin (el anciano) las recuerda como algo vago de la tradición mística de los Kaio Shin, pero no las ha visto nunca porque son muy anteriores a él, y tampoco sabe bien qué contienen. Sólo sabe que son peligrosas y que no deben ser reunidas, pero no tiene detalles.
La idea es que una de estas bolas acabe en manos de un tipo y el fragmento de Ryugan que hay dentro le empiece a comer el tarro para juntar las bolas. Otra bola acabaría en manos de un Yadratiano, que acabaría perseguido por la organización que monta este otro tipo para encontrar las bolas. Ese yadratiano conoció a Goku en su momento cuando este fue a Yadrat y con el shunkanido se pira a la Tierra para que él custodie la bola. Goku ve una oportunidad para que Ub haga el susodicho viaje como parte final de su entrenamiento, al que se sumarían Pan, Bra y Neke (el hijo de Dende) La idea no es invocar al dragón que haya en las bolas, porque de eso le disuade el Anciano Kaio Shin, sino reunirlas para guardarlas de nuevo, dado que hay alguien buscándolas.
Y la idea es que Neke entable contacto con Ryugan a medida que vayan reuniendo las bolas y el bicho le vaya comiendo el tarro a lo largo del viaje, cada vez con más fuerza a medida que van reuniendo más bolas.
Básicamente era algo así.